Cuando el ciclo termina


Hasta hace un par de días no había caído en cuenta que el primer ciclo escolar de mi primer retoño estaba a tan solo una semana de terminar.
Sí, me invadió la nostalgia pero más que eso sentí como si me hubiesen lanzado un balde de agua fría, muy fría...
No es el ciclo, ni el tiempo, ni la rapidez con la que todo pasa, son los momentos, las risas, los llantos, la rutina, las mismas caritas dentro de ese salón esperando a mamá.

Hoy pienso a mi hijo y me doy cuenta que no hay marcha atrás,  nunca hay. Parece que fue un sueño y que apenas ayer me apresuraba para comprar su primera mochila, su primer uniforme, me emocionaba diseñando sus primeros stickers para útiles. Lo veo y no puedo explicar lo que mis ojos perciben, no cabe en mi mente ni en mi vocabulario lo que siento y lo inmesamente bendecida que soy al poder mirarlo a los ojos, al poder verle hablar, reír, jugar...

Estamos a muy poquitos días que este primer añito de kinder se escurra por completo y nos deje montones de fotos y recuerdos para siempre.
A veces quisiera poder fotografiarlo todo, plasmar cada cosa y disculpen si exagero pero para mi no hay nada más divino que el milagro de la vida manifestándose ante mis ojos; mis hijos.

Hoy entiendo que mi camino apenas comienza y que la maternidad es la elección  y regalo más hermoso y a la vez más cruel. No importa cuánto me esfuerce el tiempo no se detendrá y solo me queda vivirlo; vivir a mis hijos hasta lo más profundo, con amor, con verdad, con belleza, con paz.

Hay días que me pregunto cómo llegué aquí, qué estaba pensando al elegir ser mamá y honestamente me quedo sin respuesta pues si bien fue planeado me doy cuenta que también fue impulsivo, egoísta, arrebatado y hasta inmaduro. Pensar que ser mamá es solo cuidar y ver crecer esta muy alejado de lo que en verdad significa y de todo lo que se entrega para lograrlo. No me quejo y jamás lo haría solo trato de pensarlo y darle sentido -cosa que nunca logro- pero cuando lo siento, cuando le pregunto a mi corazón porqué eligió esto, porqué me trajó aquí me responde con facilidad; por amor.

Amo profundamante ser mamá, amo vivir a mis hijos, amo disfrutar estos ciclos con ellos, amo verles crecer, amo -aunque me duela- ver que cada día me necesitan menos.

Quisiera por supuesto detener el tiempo, pero si lo hiciera me perdería de todo lo que la vida les tiene preparado, de acompañarlos en la búsqueda de sí mismos, de verles triunfar a su manera, de saberles derrotados y soportar -porque sé que se levantarán solos- de verlos apasionarse y vivir.

El primer ciclo termina, el primero de muchos y yo, yo seguiré aquí siendo testigo de lo más maravilloso que la vida me ha permitido presenciar; la vida misma.

Con cariño
Fany

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