El hábito que cambiará TU vida
De los 15 a los 25 años de edad uno de mis hábitos favoritos fue fumar, en casa casi todos fumaban y de alguna manera para mi era normal o esperado que yo también lo hiciera.
Diez años después de mi primer cigarro decidí dejarlo en medio de una arranque de desesperación por cambiar mi vida comencé un proceso que me llevaría mucho más de lo pensado.
Desde los primeros días podía notar a la perfección la enorme necesidad que mi cuerpo tenía por un cigarro, me dolía la cabeza terriblemente, me sentía desesperada y era complicado incluso concentrarme. Los primeros tres meses se caracterizaron por dolores de cabeza muy fuertes y que eran detonados por percibir el olor de cigarro muy cerca así que esto me alejo de fiestas, reuniones y todo lugar donde el cigarro era prioridad.
En 2008 se instituyo el reglamento sobre consumo de tabaco y su prohibición en lugares públicos lo que para mi fue un aliciente pues ya era mucho más fácil ir a lugares concurridos y no tener tan presente la tentación.
Físicamente tuve muchos cambios, todos ellos mejoras. Las enfermedades respiratorias básicamente son nulas, la celulitis desapareció casi por completo, me olvidé de las famosas "crudas de cigarro" y cuando salgo de fiesta ya no me siento mal al otro día (al menos no por el cigarro), mi percepción olfativa y gustativa se incrementaron, la comida ahora SÍ me sabe y lo mejor es que ya ni mi coche ni mi ropa huelen a cenicero.
Han pasado diez años y la pregunta del millón es ¿Y, se te sigue antojando? CLARO! es algo que me gustaba hacer, es como ir en bicicleta. Me gustaba mucho hacerlo y ahora por supuesto que lo extraño pero con la enorme diferencia que he disfrutado tanto de los beneficios de su ausencia que prefiero no regresar a ese hábito.
No fumar me ha obligado a buscar otras formas de relajarme, a encontrar incluso otras actividades pues andar de fiesta tampoco es una opción tan viable cuando tienes hijos pequeños.
No podría decir que jamás pienso en ello, que lo he superado por completo pero al menos he podido encontrar nuevas fuentes de tranquilidad e incluso placer sin necesidad de dañar mi cuerpo a largo plazo. Desde entonces disfruto de la meditación, aceites esenciales, amo el café e incluso he aprendido a escuchar mejor a los demás, prestar atención a la forma en la que nos comunicamos pues ya no estoy distraída por fumar y sacar el humo.
Te dejo un par de infogramas en los que puedes ver los beneficios que aporta no fumar, seguro muchos de ellos ya los conoces pero nunca esta de más recordarlos.
Diez años después de mi primer cigarro decidí dejarlo en medio de una arranque de desesperación por cambiar mi vida comencé un proceso que me llevaría mucho más de lo pensado.
Desde los primeros días podía notar a la perfección la enorme necesidad que mi cuerpo tenía por un cigarro, me dolía la cabeza terriblemente, me sentía desesperada y era complicado incluso concentrarme. Los primeros tres meses se caracterizaron por dolores de cabeza muy fuertes y que eran detonados por percibir el olor de cigarro muy cerca así que esto me alejo de fiestas, reuniones y todo lugar donde el cigarro era prioridad.
En 2008 se instituyo el reglamento sobre consumo de tabaco y su prohibición en lugares públicos lo que para mi fue un aliciente pues ya era mucho más fácil ir a lugares concurridos y no tener tan presente la tentación.
Físicamente tuve muchos cambios, todos ellos mejoras. Las enfermedades respiratorias básicamente son nulas, la celulitis desapareció casi por completo, me olvidé de las famosas "crudas de cigarro" y cuando salgo de fiesta ya no me siento mal al otro día (al menos no por el cigarro), mi percepción olfativa y gustativa se incrementaron, la comida ahora SÍ me sabe y lo mejor es que ya ni mi coche ni mi ropa huelen a cenicero.
Han pasado diez años y la pregunta del millón es ¿Y, se te sigue antojando? CLARO! es algo que me gustaba hacer, es como ir en bicicleta. Me gustaba mucho hacerlo y ahora por supuesto que lo extraño pero con la enorme diferencia que he disfrutado tanto de los beneficios de su ausencia que prefiero no regresar a ese hábito.
No fumar me ha obligado a buscar otras formas de relajarme, a encontrar incluso otras actividades pues andar de fiesta tampoco es una opción tan viable cuando tienes hijos pequeños.
No podría decir que jamás pienso en ello, que lo he superado por completo pero al menos he podido encontrar nuevas fuentes de tranquilidad e incluso placer sin necesidad de dañar mi cuerpo a largo plazo. Desde entonces disfruto de la meditación, aceites esenciales, amo el café e incluso he aprendido a escuchar mejor a los demás, prestar atención a la forma en la que nos comunicamos pues ya no estoy distraída por fumar y sacar el humo.
Te dejo un par de infogramas en los que puedes ver los beneficios que aporta no fumar, seguro muchos de ellos ya los conoces pero nunca esta de más recordarlos.
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